domingo, 2 de enero de 2011

ORIENTACIÓN PROFESIONAL III

EL PROCESO DE TOMA DE DECISIÓN VOCACIONAL


Todas las personas, desde los primeros años, se ven a diario en situaciones en las cuales deben tomar una decisión entre diferentes alternativas. La opción por una alternativa está en función de las ventajas que se le atribuyen, en ese momento, en comparación con las demás. Pero no todas las tomas de decisión que se presentan a diario tienen la misma importancia. Muchas son casi intrascendentes; otras, por en cambio, revisten una mayor trascendencia debido a las importantes consecuencias favorables o desfavorables que suponen para la vida de la persona que las toma. A veces se comprueba a posteriori que la opción que se hizo en un determinado momento, no fue la más afortunada. Después se descubre, que tal vez, en aquella ocasión, no se disponía de toda la información necesaria o que no se sopesaron adecuadamente las diferentes alternativas y que se actuó un poco a la ligera.



Para Alonso Tapia (1995, Orientación Educativa: teoría, evaluación e intervención. Ed Síntesis. Madrid), la toma de decisiones vocacionales se ve afectada por las estrategias concretas que los alumnos utilizan para decidirse. Las principales diferencias que se observan son:




a)Grado en que los alumnos son conscientes de que de las decisiones que tomen pueden seguirse consecuencias importantes
b)     Grado en que buscan información
c)      Criterios que usan para valorar las consecuencias de las distintas opciones
d)     Difieren en las estrategias que utilizan para afrontar los problemas

El aprender a tomar decisiones es una parte muy importante de la preparación para la vida y por tanto, merece la pena no dejarlo a la improvisación, sino que hay que procurar conocer primero, para poner en práctica después, todos aquellos resortes, todos aquellos recurso que permitan tomar las decisiones del modo más objetivo posible.

El alumnado de Educación Secundaria se encuentra precisamente en uno de esos momentos claves, de encrucijada, en que tiene que elegir entre diferentes alternativas. Tal vez, se le exige que haga una opción demasiado trascendente cuando todavía carece de la madurez necesaria para ello. Pero, hoy por hoy, este hecho es una realidad que es preciso abordar en la Educación Secundaria. El acto de optar por algo es el resultado de un proceso de decisión, largo o corto, acertado o desacertado, en el que intervienen elementos de distinta naturaleza: cognitivos, afectivos, valorativos, de motivación, de contraste con la realidad objetiva. Decisiones y opciones las hay de muy diferente naturaleza e importancia. Las decisiones más importantes, las elecciones verdaderamente decisivas, son aquellas que le comprometen a uno mismo. Son también las más difíciles porque uno mismo está metido de lleno en los términos de la alternativa, y por lo general, en condiciones de incertidumbre.
El adolescente, aunque todavía muy dependiente de los adultos, adopta decisiones, meditadas o irreflexivas, que contribuyen a marcar mucho la dirección que toma una vida. Para estos procesos de decisión necesita un conocimiento de sí mismo y de la realidad, de las posibilidades y lo límites que el contexto le ofrece, de sus propios límites y posibilidades, así como de sus intereses, preferencias y valores. En la adolescencia  y primera juventud se toman las opciones profesionales que , salvo giros profundos e improbables en el curso de la vida, determinarán el desarrollo de ésta.

El proceso de tomar decisiones es un proceso continuo que permitirá al alumnado tomar decisiones de menor a mayor trascendencia, conforme vaya obteniendo información de sí mismo y de las alternativas educativas y profesionales.

Según Harren (1979) los estilos que puede adoptar una persona a la hora de tomar una decisión pueden ser:

·        Estilo racional: el sujeto hace una evaluación realista de sí mismo y de la situación a la hora de tomar decisiones, por consiguiente, es consciente del efecto que acciones previas pueden tener sobre acciones futuras. El sujeto racional acepta la responsabilidad por la elección de una forma activa y con un propósito.
·        Estilo intuitivo: el sujeto también acepta la responsabilidad por la decisión que va a tomar, pero tiene poca anticipación del futuro. Usa más la fantasía, los sentimientos y la imaginación como base para sus decisiones que una evaluación lógica de las alternativas
·        Estilo dependiente: los sujetos que hacen uso de este estilo proyectan la responsabilidad fuera de ellos mismos, de tal forma que la elección se basa en las expectativas de otros o en consejos recibidos. Tienden a ser pasivos, a tener gran necesidad de aprobación social y a percibir el ambiente como limitador de opciones.

Como orientadores tenemos la necesidad de reforzar la actividad de asesoramiento sobre aquel alumnado que más lo necesite, bien porque es vocacionalmente inmaduro, o bien porque se muestra indeciso y desmotiva ante tantas alternativas igualmente atractivas